Siete prácticas de bienestar:
- Nutrirse: lo que consumes, tanto dentro como fuera de tu plato, puede llenarte de energía o agotarte. No te compliques, opta por alimentos naturales, frescos y de temporada. También piensa en cómo te hace sentir tu entorno de vida. A partir de ahí, podrás ir reduciendo de forma gradual todo aquello que te impide sentirte bien.
- Hidratarse: el cuerpo humano se compone en un 60 % de agua y cada una de las células requiere una hidratación adecuada para funcionar de manera óptima. Si bien puede parecer simple, hidratarte puede tener efectos importantes sobre cómo te sientes. Para mantenerte hidratado, consume diariamente mucha agua e infusiones sin cafeína. Si no sabes por dónde empezar, prueba a tomarte un vaso de agua cada día nada más despertarte.
- Descansar: no se trata solamente de lo que hacespara mejorar tu salud, sino también de lo que no Descansar es tan importante como mantenerse activo. Tomarte la libertad de hacer una pausa de 15 minutos a lo largo del día por el bien de tu salud mental y física puede ayudar a renovarte, volver a enfocarte y conectar. Descansar también implica darle prioridad al sueño, el cual tiene un gran impacto en las funciones del cuerpo. Haz cambios sostenibles en tu rutina de sueño, como acostarte media hora más temprano cada noche.
- Moverse: hacer deporte, realizar respiraciones profundas de forma consciente… Toda actividad que implique movimiento es una de las mejores cosas que puedes hacer para mejorar tu salud. Encuentra pequeñas formas de incorporar movimiento en tu día a día que te hagan sentir bien y que disfrutes, como, por ejemplo, salir a un paseo o tomarte tiempo para practicar la respiración con conciencia plena entre reunión y reunión en el trabajo.
- Adaptarse: adaptarse a tus valores, a tus propósitos o a todo aquello que consideres importante puede tener un gran impacto en tu salud y satisfacción con tu vida. Antes de empezar el día, tómate un momento para hacer una pausa y reflexionar acerca de lo que consideras importante, o intenta estar lo más presente posible mientras realizas tareas sencillas.
- Conectarse: las conexiones sólidas y saludables con los demás y contigo mismo son vitales para el bienestar. Dedícate un poco de tiempo a lo largo del día para comprobar cómo te sientes.
- Sumergirse: sumergirse en un entorno natural es fundamental para el bienestar. Pasar tiempo conectando con la naturaleza puede mejorar el humor, disminuir el estrés y abrirle la puerta a la espiritualidad. Pasar un rato fuera respirando aire fresco o tomar un poco el sol, son formas sencillas de estar en contacto con la naturaleza todos los días.